El piano Pleyel con el que Chopin compuso sus Obras en la Isla de Mallorca
“El recuerdo es el perfume del alma”
George Sand
Mirando el lomo de mis libros, busco historias que me apasionaron. Es una forma distinta de encontrarse con el momento intemporal en que fueron leídas y traerlas de regreso al presente.
Y bien, en una época mi búsqueda estuvo centrada en la vida de George Sand, seudónimo de Amandine Aurore Lucie Dupin, baronesa Dudevant, novelista francesa del movimiento romántico, de la cual atesoro un libro “Historia de mi Vida” que hoy recorro con las mismas ansias.
Transcribo acá un delicioso fragmento en que transmite su sentimiento hacia la música de Frederick Chopin a quien la ligaba, según sus propias palabras, un amor cercano a lo maternal.
La misma mujer que el 14 de junio de 1855 en la última página de “Historia de mi Vida”, escribió:
“Lo único fuerte en mí es la necesidad de amar”
La misma Aurore que se vistió de hombre y que firmaba como George Sand... la escritora:
“El genio de Chopin es el más profundo y el más lleno de sentimientos que ha existido. Ha hecho hablar a un solo instrumento el lenguaje infinito; ha podido resumir en diez líneas que un niño pudiera ejecutar, poemas de una elevación inmensa y dramas de una energía sin igual. Su genio estaba lleno de misteriosas armonías de la naturaleza, traducidas por equivalentes sublimes y no por una repetición servil de sonidos exteriores.
Nunca necesitó grandes medios materiales para dar la pauta de su genio, ni órganos de la iglesia, ni voces humanas para llenarlos de fe de entusiasmo. No ha sido conocido, ni lo es todavía por la multitud .Se necesitan grandes progresos en el gusto y la comprensión del arte para que sus obras lleguen a ser populares. Llegará el día en que se orquestará su música sin cambiar en nada sus partituras de piano”.
George Sand
Este relato corresponde al período en que Chopin junto a George Sand y sus hijos convivieron en la Isla Mallorca. Allí se hospedaron en la Cartuja de Valldemossa, un pequeño convento rodeado de bosques de almendros, palmeras y viñas. (1838-1839).
Si bien Chopin extrañaba las grandes ciudades, y pese a su delicado estado de salud, en la Isla de Mallorca compuso las más hermosas de sus páginas cortas que intituló modestamente Preludios melancólicos y suaves.
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"Querido amigo:
Le envío por fin mis Preludios, que he terminado en su pianino llegado en el mejor estado posible, a pesar del mar y del mal tiempo, y de la aduana de Palma..."
Frederick Chopin
Valldemossa, 22 de enero de 1839 de F.Chopin, a su editor Camile Pleyel, en París. El piano Pleyel
En 1841 G. Sand publicó su libro "Un invierno en Mallorca" epdlp.
Museo de Mallorca dedicado a Frederic François Chopin
Frederic Chopin. epdlp
Preludio- Chopin - AUDIO