Este mes de diciembre es mágico, un "ángel del sí" hizo realidad el sueño de ver escrito mi nombre junto a los Versos del Nano, y Agustín, de Tierra del Fuego, me ha enviado su excelente crónica de una noche memorable en La Bombonera, en que Serrat y Sabina sacaron aves de alto vuelo de la vieja chistera.
Comparto el testimonio "Yo estuve ahí" de mi amigo serratiano con ustedes, él ha volado desde muy lejos para vivir UN GRAN DÍA. ¡Gracias, Agustín!
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Queridos amigos no dejemos de soñar,
sigamos adelante
con sensibilidad y humor.
Defendamos la alegría siempre.
Este mensaje lo "entoné" junto a Joan Manuel y Joaquín, porque "yo también estuve ahí" con los Magos Alados.
Elena de San Telmo
Yo estuve ahí
Agustín Borthiry
Desde Río Grande – Tierra del Fuego
Argentina
Podría decir, simplemente, yo estuve ahí. O tal vez mis hijos, el día de mañana le dirán a sus hijos que vendrán, el abuelo estuvo ahí. Y con ello describo todo lo que sentí en esos bellos momentos.
Uno podría pensar que estos dos pájaros, se las ingeniaron para hacernos pasar a todos nosotros el mejor de los momentos. Yo creo que ha sido un momento único, que seguramente no se volverá a repetir, ya que será muy difícil, quizás imposible, volver a sentir todas esas emociones juntas, que estos dos grandes amigos se empeñaron en que nosotros sintiéramos.
Uno con los años, y tengo 54, se vuelve más sensible, se ablanda un poco, pero estos tipos, estos monstruos sagrados, diría, que son como los buenos vinos, y mejoran año a año, y nos hacen rodar lágrimas de emoción y alegría en cada uno de sus encuentros.
Es impresionante la comunión que han logrado en todos esos conciertos, ya que parecía que las canciones las hubieran hecho juntos para cantarlas a dúo. Estoy seguro de haber escuchado y vibrado con muchas de las mejores canciones de los últimos años, que fueron las que Joaquín y Joan Manuel mostraron en el concierto.
Estuve en la cancha de Boca el domingo 16, en la platea baja, y pude observar y vibrar junto a infinidad de personas con cada intervención de los pájaros. Creo que no hubo momentos mejores, sino que todos fueron buenos momentos. Y sin embargo, Pueblo Blanco, Aquellas pequeñas cosas, Ruido, la locura de El muerto vivo, 19 días y 500 noches, Mediterráneo, Lucía, Para la libertad, marcaron y mostraron lo que puede el genio humano.
Y hago hincapié en la emoción. ¿Cómo pueden dos personas, dos grandes artistas, lograr conmover a 40000 almas en un instante determinado?. Solo algunos elegidos lo pueden hacer, y estos están en esa categoría. Lograr el fervor continuo de todo el estadio, durante las 3 horas de concierto, y que no decaiga en ningún momento, es demasiado fuerte. Fue demasiado fuerte para todos los que allí estábamos.
Creo que nos han dado una lección de humildad, de solidaridad, de que los grandes pueden unirse en beneficio de su público, ya que no fueron Serrat y Sabina los que actuaron, sino algo totalmente distinto, fueron Los Pájaros.
Y que podemos hablar de la banda, de los músicos, de las bellas coristas, de la buena sintonía que caracterizaba a todo el grupo, de la calidad del sonido, las luces, el escenario. Me parece haber presenciado el concierto de mi vida.
A la salida, una pareja de cincuentones, muy emocionados, permanecieron abrazados durante mucho tiempo, como volviéndose a comprometer con una vida en común. Y esa escena tendría que ser el símbolo de lo que lograron Los Pájaros en los miles de espectadores. Un compromiso con los mejores ideales de nuestras vidas.
No tengo más que palabras de agradecimiento, por tanto compromiso, por tanta entrega, y por permitirnos, a pesar de los avatares de la vida, simplemente ser felices.
Gracias Joaquín y Joan Manuel. Gracias Pájaros.
Agustín Borthiry
Felices Fiestas.